El tiempo es un bien valioso que todos poseemos y que tenemos que saber usar, porque cuando este se va, ya no regresa.

Tal vez, hemos escuchado a más de una persona o puede ser que nosotros mismos también lo hayamos dicho “no tengo tiempo”. Todos tenemos 24 horas al día, 1440 minutos, ni más ni menos, cómo lo utilizamos, eso hace la diferencia.

Para poder organizar nuestro tiempo es fundamental conocer cuáles son nuestras prioridades reales e ir organizando nuestro día en base a ellas. Puede que lo urgente no nos permita hacer lo importante y es aquí donde tener claro nuestras prioridades se hace fundamental, de lo contrario nunca realizaremos lo que realmente nos importa y comenzaremos a sentir un desequilibrio emocional. Por lo tanto, no es la falta de tiempo, es la falta de prioridades.

¿Qué es lo realmente importante para nosotros?

Cuando pasamos gran parte del tiempo haciendo lo urgente, nos aceleramos y comenzamos a sentirnos cansados, nuestra mente se agota, nuestras emociones comienzan a cambiar, estamos más irritados, porque sentimos que no le estamos dando tiempo a lo que nos importa. Lo más probable es que nos enfermemos.

Una de las primeras cosas que podemos hacer es conectar con nuestras prioridades, estas van a depender de nuestro rol, por ejemplo, en la parte social (cómo soy como amiga, como pareja, hija, etc.), laboral, mental, física, espiritual.

Luego que hemos identificado las prioridades en cada uno de nuestros roles, propongámonos algunas metas, por lo menos 3 en cada rol. ¿Qué nos gustaría hacer? ¿Qué sentimientos quisiéramos experimentar con nosotros mismos y con los demás? ¿Qué quisiéramos cambiar?

Después veamos cuándo lo vamos a hacer. Para eso, dediquemos unos minutos cada mañana al levantarnos y veamos cuáles serán los objetivos para ese día.

Por último, al finalizar la semana evaluemos. ¿Cuidamos todos nuestros roles? ¿Qué metas logramos? ¿A qué desafíos nos enfrentamos? ¿Cómo lo resolvimos? ¿Pusimos primero nuestras prioridades?

¿Qué es más importante para nosotros las tareas o las personas?

A veces creemos que tenemos todo el tiempo del mundo y dejamos muchas cosas para después, pero realmente no sabemos cuánto tiempo de vida tenemos ni tampoco sabemos cuánto tiempo tienen las personas que queremos. Dediquémosle tiempo a nuestra familia a los que amamos, no sabemos si la próxima vez existirá, aprovechemos el presente, ahora, démosle un tiempo de calidad, estando presentes con nuestro cuerpo, mente y corazón.

Quiero terminar este texto con una frase de Thich Naht Hanh: “Si pierdes el momento presente, pierdes tu cita con la vida”.

 


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